domingo, 8 de agosto de 2010

CUATRO REFLEXIONES SOBRE MATERIALISMO HISTÓRICO, MODO DE PRODUCCIÓN GAUCHO-PAMPEANO Y FORMACIÓN SOCIAL ORIENTAL-ENTRERRIANA

Nadie puede dudar que el primer motor de nuestra historia en los últimos 510 años fue, y será por mucho tiempo aún, la lucha de clases. A veces este motor es muy evidente, pero otras veces es la oculta racionalidad detrás de conflictos que parecen irracionales. No nos ocuparemos en fundamentar esta afirmación porque es demasiado evidente.

Pero en este marco, como pedía Miranda, América Latina y el Caribe necesitan encontrar su originalidad; y deben hacerlo desde una óptica consecuentemente revolucionaria.

Necesitamos conocer nuestros rasgos distintivos como Patria Grande. En primer lugar lo necesitamos para comprender mejor la Primera Independencia, la del siglo XIX, la que creó nuestros mal llamados “estados nacionales”. En segundo lugar necesitamos conocernos mejor para entender algunas claves de la lucha revolucionaria del siglo XXI.

Pero nunca podemos perder de vista el contexto planetario ni los cambios que en él se dan. También lo que ocurre en territorios muy lejanos de una forma u otra nos involucra.

En síntesis: las tendencias principales en la situación mundial y las peculiaridades regionales de nuestra Patria Grande son dos coordenadas que inciden en la elección de estrategias adecuadas para nuestro camino al Socialismo.

Comencemos por lo más general.

Marx demostró que el desarrollo permanente de las fuerzas productivas permitía, posibilitaba, cambios sustanciales en las relaciones de producción. Las nuevas relaciones de producción siempre fueron formas nuevas de opresión; en realidad la opresión sólo cambiaba de forma y seguía siendo la base de cada nuevo Modo de Producción. En el siglo XX (con un anticipo muy fugaz en 1871) aparecen en el planeta los primeros experimentos prácticos para establecer relaciones de producción de un nuevo tipo, socialistas. Aún allí donde fueron efímeras, demostraron la superioridad en muchos aspectos sobre las formas del estado burgués, porque en estos últimos hasta la democracia burguesa es sólo una forma enmascarada de la dictadura del capital.

La forma de opresión más característica de la Antigüedad europea fue la esclavitud. Luego, en la Edad Media, aquellos pueblos sufrieron la opresión feudal. En los Tiempos Modernos todos sufrimos las consecuencias de la esclavitud asalariada capitalista, esa opresión que el proletariado fabril, organizado, debía derribar.

Marx develó así las regularidades principales de la Historia Europea, la cual, gracias a la expansión global del capitalismo, se volvió la historia preponderante de todo el planeta.

Lenin observó décadas después que esta opresión capitalista, en cierta fase de su desarrollo, permitía algunas mejoras circunstanciales para los asalariados de los países centrales mientras se oprimía al máximo, despiadadamente, al proletariado urbano y rural de los países dependientes, de las colonias y de las semicolonias. Esto permitía

un protagonismo revolucionario mayor a los pueblos más oprimidos, aunque en su seno la clase obrera tuviera un peso numérico menor

La lucha de clases explica, hoy como ayer, por qué mueve el imperio sus peones de determinada forma y cómo saquea el planeta.

La lucha de clases es el único camino por el cual se obtienen los triunfos populares.

Pero no alcanza con entender esto. Necesitamos que el espíritu cuestionador de Miranda complemente al Marx científico y pasional, al Lenin visionario de la insurgencia de los pueblos oprimidos. Tendencias mundiales y peculiaridades regionales nos exigen una creatividad similar a la que tuvo Lenin en abril de 1917.

Citemos sólo un ejemplo de hoy y aquí. A diferencia de lo que se pensaba en el siglo XIX, el colectivismo originario de nuestros pueblos no quedó como un fósil en el comienzo de la Historia: sobrevivió quinientos años a la Invasión Europea y ahora sus hijos asumen su lugar junto a los obreros, los campesinos, los maestros, los excluidos y los jóvenes, en el camino continental por la liberación definitiva. Y no es la única peculiaridad notable en nuestro largo proceso liberador.

Buscando las regularidades, las tendencias generales y las peculiaridades locales, dentro del marco teórico del Materialismo Histórico, deseo abrir un debate sobre cuatro temas centrales que inciden directamente en nuestro proceso revolucionario contemporáneo. Los tres primeros atañen a todo el Tercer Mundo. El cuarto atañe directamente al Cono Sur Atlántico sudamericano.

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1) El fascismo en el siglo XXI: de la “raza superior” (Hitler) a la “ciudadanía superior” (Obama).


La estrategia continental hacia la liberación y el socialismo requiere articular en red todas las fuerzas en lucha, desplegar el arco iris multicultural de nuestros pueblos, ser solidario con los Estados que defienden su soberanía, constituir frentes populares “nacionales” y regionales, templar la organización y al mismo tiempo conocer las herramientas ideológicas del enemigo tanto como sus fortalezas financieras y militares.

El fascismo es una herramienta de la opresión de clase. Sigue siendo como dijera Dmitrov “la dictadura terrorista del capital financiero”. Fue, desde 1922, la respuesta política de los monopolios, amenazados, contra el leninismo. Siempre incorporó elementos de demagogia social junto a su exaltado nacionalismo.

Millones de alemanes arios murieron en la Segunda Guerra (1939-45) convencidos de que defendían a la “raza superior”; pero en nombre de esa raza superior, mientras los alemanes pobres iban a la guerra de saqueo y morían allí, los alemanes ricos disfrutaban el botín.

Hoy nadie muere por la “raza superior”. Claro que todavía se sienten “raza superior” sectores reaccionarios y nostálgicos en Europa, Estados Unidos, Australia, Israel y Japón, pero no gravitan decisivamente como tales en la política pública. A veces ganan elecciones con ropaje ultraconservador, pero ya no se atreven a definirse como abiertamente racistas.

En cambio miles de latinos, afro descendientes y asiáticos residentes en USA se enrolan en guerras de saqueo en países lejanos sólo para obtener la ciudadanía.

Para ellos y sus familias la ciudadanía es la diferencia entre la expulsión o la supervivencia.. En su propio suelo, un ciudadano norteamericano no puede ser deportado por el color de su piel. Un ciudadano norteamericano en misión oficial o militar no puede ser juzgado en el país en el que actúa.

Por ello parece altamente ventajoso ser ciudadano de USA. Lo es tanto para vivir tranquilos como para obtener una visa a cualquier parte.

Pero a los afroamericanos de Mississipi, cuando llegó la inundación, no les sirvió de mucho la ciudadanía. A los hijos de palestinos, afganos o colombianos tampoco la ciudadanía les garantiza no ser incomodados, vigilados con mayor rigor, y hasta hostigados. Pero algo es algo, y la ciudadanía es mucho.

Si un ciudadano del Tercer Mundo no puede obtener la ciudadanía USA, el premio consuelo es la ciudadanía comunitaria europea o australiana, pues siempre es una “ciudadanía superior” a la suya de origen. El que tenga dudas sobre esta nueva diferencia, que observe la presentación de pasaportes en cualquier aeropuerto del mundo para comprobar la importancia de tener una “ciudadanía superior”.

En aras de la “ciudadanía superior” las doctrinas de “defensa” de USA entienden válido y justificable cualquier procedimiento en cualquier país, siempre que garantice la seguridad de sus ciudadanos ante amenazas externas o internas. Las “amenazas” incluyen cualquier cuestionamiento subversivo acerca de por qué un porcentaje tan pequeño de la población mundial acapara tantas riquezas y consume una tajada tan desmesurada de los recursos mundiales no renovables.

Complementando el tema de la “ciudadanía superior” USA utiliza el otorgamiento o no

de visas como elemento de presión política.

Reemplacemos la consigna de “raza superior” por la de “ciudadanía superior” y veremos más claramente por qué el estado norteamericano es fascista.

La dictadura terrorista de capital financiero emplea aún hoy la demagogia social. Como el capital financiero es ahora trasnacional, su terror también lo es. Y el leninismo sigue operando como método de análisis básicamente correcto para comprenderlo.


2) Acerca del “comunismo primitivo”.


Marx y Engels estudiaron las Primeras Naciones norteamericanas: su forma de vivir, de producir y de distribuir. Comparando su realidad con documentos y hallazgos arqueológicos en Eurasia y África, entendieron que el “comunismo primitivo” fue, en todos los continentes, la primera organización social de la Humanidad. Y tenían razón.

Considerando el impetuoso desarrollo de las fuerzas productivas en un mundo en proceso de globalización, observando la expansión mundial de la maquinaria y la gran industria, vaticinando una inminente revolución mundial, pensaron que la extinción completa de las relaciones comunistas primitivas, aún las sobrevivientes en las regiones más apartadas del planeta, era cuestión de pocas décadas.

Se basaron para fundamentar este pronóstico en la dialéctica de la historia europea.

Pero muchos pueblos originarios de América Latina sobrevivieron en la selva y en la montaña, se adaptaron a los nuevos tiempos y hoy levantan sus reivindicaciones en el marco de las luchas del movimiento popular.

Esta supervivencia enfrentó tres genocidios a lo largo de 500 años.

El primero se llevó a cabo inmediatamente después de la llegada de Colón. Un siglo después, las Leyes de Indias dictadas por España para sus colonias pusieron freno al genocidio abierto pero legitimaron la esclavitud, la exclusión y la discriminación.

El segundo genocidio lo llevaron a cabo los “países independientes” (con muy pocas excepciones) desde el comienzo mismo de su vida institucional.

El tercer genocidio, el actual, combina acciones represivas con destrucción del medio ambiente y el envenenamiento por agrotóxicos.

El primer genocidio enseñó a los pueblos originarios que las comunidades resisten mejor que los imperios.

El segundo genocidio les mostró que la lucha de clases desmiente el discurso de los Estados llamados “nacionales”

El tercer genocidio les enseñó que las políticas públicas no debían ser un ámbito ajeno a sus movilizaciones.

En otros contextos, diversos pueblos originarios de otros continentes también han sobrevivido a las represiones más duras y mantienen en alto sus banderas.

Es más: asistimos a una sorprendente reactivación de su memoria, de sus redes ancestrales y de su capacidad de resistir y formular propuestas socialmente solidarias y ambientalmente sustentables. De la minoría de sus hijos que acceden a formación académica muchos regresan a poner su capacitación al servicio de sus comunidades.

La alianza de los pueblos originarios entre sí va abriendo paso a su alianza con los afroamericanos y los excluidos.

Y esto se da en un contexto dramático y a la vez esperanzador. La alianza obrero campesina, vanguardia organizada de la revolución continental, hoy sufre fuertes cambios en su interior. Mientras las capas superiores de asalariados con trabajo estable pasan a ser parte de la “aristocracia obrera” con mejores salarios, se reproduce un número mucho mayor de obreros pobres con trabajo temporal e inestable, que alternan sus contratos breves con el trabajo en servicios insalubres y mal remunerados o con estrategias de supervivencia en el mercado informal.

Este nuevo proletario y su familia necesitan del saber campesino mucho más que el obrero fabril del siglo XIX, porque en estos tiempos proviene mayoritariamente de familias urbanas que lo ignoran todo sobre el trabajo agrario.

La alianza obrero campesina se reestructura entonces entre un proletariado mucho más deprimido, lindante con la exclusión total, y un campesinado cada vez con menos acceso a la tierra, un campesinado que se va volviendo parte de la exclusión urbana con nostalgia por la pérdida reciente de sus últimas parcelas de tierra, cuyo precio se dispara en el mercado.

Cuando se levantan las banderas de lucha ya no sólo por un futuro mejor, sino en salvaguarda de lo poco que se tenía, cuando el pueblo se enfrenta a un imperialismo despiadado que succiona hasta la última gota de nuestros recursos, entonces la memoria y las resistencia organizada de los pueblos originarios vuelve a ser un faro que ayuda a encontrar el camino.

Por ello, a mi juicio, en América Latina sería más correcto hablar de “comunismo originario” que de “comunismo primitivo”. El “comunismo originario” hoy es parte de la propuesta obrero-campesina de nuestra América multicultural.


3) Siglo XXI. El sexto rasgo del capitalismo en su fase imperialista: el saqueo ambiental.


Cien años atrás Lenin sistematizó los rasgos de la nueva fase del capitalismo a la que llamó “imperialismo”.

Por entonces era necesaria una actualización de la teoría que reflejara las nuevas tendencias sin renunciar a la médula revolucionaria del marxismo.

Por entonces los monopolios desplazaban la libre competencia tradicional de los capitalistas en el mercado.

Detrás de estos nuevos monopolios, embrión de las transnacionales de hoy, estaba la colosal acumulación y fusión del capital industrial y bancario, dando origen al capital financiero. Grandes sumas de capital se exportaban para levantar empresas, fábricas e industrias extractivas en los países sometidos, donde los salarios eran mucho más bajos. Eso estimuló un voraz reparto neocolonial del mundo y la distribución de zonas de influencia entre las potencias imperialistas, e inevitablemente llevó a disparar nuevas guerras, a escala mayor, entre los saqueadores. La explotación directa a obreros de zonas lejanas permitió aliviar circunstancialmente la situación de los obreros metropolitanos.

Lenin murió en 1924.

A partir de los años 70 la penuria energética, la crisis ambiental, la escasez de agua potable y el control alimentario por las trasnacionales generó a mi juicio un sexto rasgo del imperialismo: el saqueo ambiental planificado y sistemático, que se lleva acabo rincón tras rincón del Tercer Mundo.

El proyecto de supervivencia imperialista prevé un planeta-cloaca donde la mayoría de la población mundial quede excluida y donde existan apenas pequeñas burbujas de superbienestar, protegidas por una policía mundial robotizada, para que las disfruten unos pocos.

La deuda externa, los ajustes fiscales, los golpes de estado, las “democracias” tuteladas, los sobornos, la compra de traidores, todas fueron estrategias que golpearon los intentos de soberanía política de algunos estados del Tercer Mundo. Ahora estos estados empobrecidos, endeudados y mediatizados deben disputar entre sí por captar nuevos capitales de las trasnacionales; y lo que las trasnacionales les ofrecen son capitales para industrias y agroindustrias contaminantes, campos de concentración para el trabajo manual de obreros muy mal pagos, e inversiones extractivas saqueadoras y devastadoras del medio ambiente.

Las demandas del mercado mundial obligan a la reconversión de los países dependientes, en ellos se rompen las cadenas del abastecimiento interno y se destruye la seguridad alimentaria. Los laboratorios, con patentes y transgénicos, controlan los cultivos esenciales de la alimentación mundial (arroz, trigo y maíz) y se han lanzado a patentar los alternativos o a destruir sus semillas. Se inventan guerras y se fabrican o aumentan terrorismos varios para entrar por las armas donde no se puede entrar por la rendición política directa. La descarada y sistemática violación de todos los derechos humanos se justifica para avanzar hacia las burbujas de super bienestar en el planeta cloaca que van dejando para todos nosotros, que pasamos a ser población excedentaria a la hora de los procesos computarizados y robotizados. Y la Internet, con aspecto de océano libre, es apenas una pecera controlada y saturable por donde navegamos en círculos mientras otros canales más costosos y elitistas, comienzan a extenderse desde su propio seno.

Hace cien años el imperialismo precipitó a la lucha revolucionaria a loa pueblo oprimidos, que debieron alinear junto a la alianza obrero-campesina y los estados obreros.

Después de colapsar el primer intento de construir un sistema mundial de estados socialistas hacia el comunismo, el imperialismo, momentáneamente victorioso, desarrolla un nuevo rasgo agresivo: el saqueo ambiental. Esta sub-fase trae dos consecuencias.

La primera es que arroja al torrente revolucionario mundial a los pueblos originarios, pues ahora deben fundir su lucha de resistencia con el anti imperialismo.

La segunda es que el siglo XXI presenta una disyuntiva urgente, que no estaba presente en el siglo XX: ahora o colapsa el capitalismo o colapsa la Humanidad.


4) Modo de Producción Pampeano.


En el siglo XIX Marx planteó que la historia de la Humanidad era la historia de la lucha de clases. Explica que en la infancia de la Humanidad, en el seno de las comunidades primitivas, el desarrollo de las fuerzas productivas generó en cierto momento un excedente de productos en relación a las necesidades del consumo personal y familiar. Este excedente permitió sucesivamente el trueque, la acumulación desigual, la acumulación excesiva y finalmente la posibilidad de la explotación de unos seres humanos en beneficio de otros.

¿Posibilidad o necesidad? Al margen de lo que ocurrió en Europa ¿hubo otros modelos de evolución? Y si no los hubo ¿hubiera sido posible que los hubiera?

Dejemos como caso particular los estados revolucionarios y soberanos, que son todavía pocos. Veremos que hoy, en tiempos de globalización, todavía quedan nichos humanos no controlados por la globalización. Cabe preguntarse: ¿todo lo que sobrevive fuera del capitalismo es pre-capitalista, y debe desaparecer por las leyes del progreso? O preguntémoslo como lo haría Hegel: ¿todo lo que existe como reminiscencia de sociedades tradicionales, “merece perecer”?

Nadie puede discutir hoy que la lucha de clases es el motor de esta Historia de la que somos testigos. Pero insisto: el retroceso de algunos procesos revolucionarios en el planeta nos hace ver que las líneas generales, por correctas que sean, no alcanzan para elaborar una teoría revolucionaria ajustada a cada tiempo, ni para interpretar ni orientarse en una situación concreta..

Por ejemplo: Lenin vaticinó correctamente en el 1900 que la aldea rusa iba perdiendo sus rasgos comunitarios, que el capitalismo polarizaba socialmente a sus integrantes. Sin embargo aún hoy en el Tercer Mundo, 110 años después, siguen sobreviviendo y luchando porfiadas formas comunitarias; y eso no estaba previsto.

Resumiendo: para Marx, la Historia de Europa partía de un Comunismo primitivo y pasaba por los grandes ciclos de Esclavitud, Feudalismo y Capitalismo. Este último Modo de Producción engendraba en su seno al proletariado industrial, el cual, encabezando a todos los oprimidos, se liberaría, liberando a toda la Humanidad de las formas de opresión y construyendo el Socialismo, primera fase del Modo de Producción Comunista.

Sin embargo, al estudiar el desarrollo de China, Marx observó que el Modo de Producción allí dominante tenía sus peculiaridades. Si por un lado la historia de China confirmaba la lucha de clases como motor de la Historia, por otro lado las relaciones específicas de producción entre opresores y oprimidos, bajo las diferentes dinastías imperiales, no se adecuaban exactamente ni al Esclavismo ni al Feudalismo. Sin duda el capitalismo dependiente ya se iba abriendo paso en China, pero lo hacía a partir de premisas y conflictos históricos un tanto diferentes.

Premisas un tanto diferentes veo también en la historia de nuestro suelo rioplatense en el siglo XVIII. Quisiera explicar por qué.

Los conquistadores españoles del Río de la Plata inicialmente vieron a este ancho curso de agua sólo como vía de acceso al Río Paraná y de éste al Río Paraguay, su afluente, para acceder por vía fluvial a las minas de plata del Alto Perú. Las fértiles praderas rioplatenses que los barcos bordeaban fueron desestimadas mientras duró la fiebre minera.

Cuando mermó la plata, nuestras praderas fueron destinadas a albergar ganado silvestre de origen europeo que se multiplicó extraordinariamente. Toda esta llanura austral fue llamada por entonces La Vaquería.

Cuando estudiamos el Modo de Producción en la pampa argentina (y en la pradera oriental –entrerriana) en el siglo XVIII, encontramos, como en China, algunas peculiaridades que parecen únicas. No se trata de la extracción de cueros propiamente dicha, porque las actividades de extracción en la pampa no tenían demasiada diferencia con la caza de elefantes africanos para extraer marfil. Lo diferente eran las relaciones de los seres humanos entre sí en el proceso productivo, o sea, las relaciones de producción. Estas peculiaridades sobreviven hasta mediados del siglo XIX, durante la fase de constitución de los Estados territoriales, mal llamados “estados nacionales independientes”. Se trata de las particularidades de las relaciones de producción anteriores a la “independencia”, y que juegan un papel clave para entender algunos rasgos de la gesta de 1810. Estas particularidades van dejando paso a relaciones netamente capitalistas, a pesar de que la extracción de cueros sigue siendo por un tiempo una actividad predominante en ese ecosistema...

A este Modo de Producción (¿pre-capitalista?) que pretendemos estudiar le llamaremos simplemente “pampeano” o mejor, “gaucho.-.pampeano”.

Desde luego hay varias “pampas” en América del Sur; pero nos referimos a la pampa húmeda argentina y su extensión de praderas oriental-entrerrianas.

Por el siglo XVIII el territorio de esta inmensa llanura austral argentino-uruguaya los grupos humanos dedicados a la extracción y acopio del cuero usaban, todos ellos, procedimientos similares; pero lo hacían en el marco de dos tipos de relaciones de producción totalmente diferentes. Según fueran esas relaciones de producción y de apropiación del producto, tenemos la extracción “legal” y la extracción “gaucha”.

La extracción “legal” era regida por las leyes de Indias, leyes impuestas por el colonialismo español. Cada extracción debía ser autorizada por las autoridades, los pastizales donde se acorralaba las reses silvestres tenían dueño (al menos en el papel) y los cueros salían a España por los puertos autorizados. Propietarios y concesionarios por un lado, trabajadores rurales por otro eran dos clases perfectamente diferenciadas, aunque entre estos últimos (los desposeídos) había hombres libres y esclavos. La clase opresora, acumulaba tierras y se vinculaba al trabajador en un relación feudal de amo y vasallo; en su seno había empresarios independentistas, que ambicionaban vincularse al incipiente mercado capitalista inglés.

El Modo de Producción Pampeano “gaucho” funcionaba con una racionalidad totalmente diferente.

En primer lugar, pese a ser ilegal, era el modo de producción social y geográficamente predominante.

Los mecanismos de control colonial fallaban. En el siglo XVIII se creó el Virreinato del Río de la Plata (separándolo del Virreinato del Perú); pero desde Buenos Aires y sus ciudades satélites (como lo fue Montevideo desde 1725) nunca pudo controlarse ni la décima parte de la fértil pampa argentina y oriental que (según la ley colonial) le correspondía administrar. Desoyendo la preocupación colonizadora de los virreyes, que buscaban asentar labriegos españoles con armas en la frontera, los cabildos corruptos concedían grandes extensiones de tierras que en los hechos seguían despobladas… y bajo control del indómito Mundo Gaucho.

Antes de entrar en las características productivas del Modo de Producción Pampeano o gaucho-pampeano (MPGP) examinemos más de cerca el universo multicultural que le dio origen.

La pampa húmeda y la pradera oriental entrerriana fueron el amplio escenario de este MPGP. Pampa húmeda y pradera ocupan totalmente las provincias argentinas de Buenos Aires y Entre Ríos y parte de otras cuatro provincias, a lo que debe sumarse todo el territorio hoy llamado “uruguayo” y el extremo sur del actual Brasil. Su suelo está formado por pasturas perennes y su clima templado marca claramente el cambio de las estaciones. Desde hace al menos once mil años estaba habitada por pueblos que habían domesticado el fuego. Estos pueblos tenían vínculos comerciales y culturales con los de la selva húmeda subtropical y con los andinos; también conocían la existencia de civilizaciones extra-continentales. Sus federaciones mantuvieron en general una paz duradera que las intrigas coloniales comenzaron a romper.

La carencia de oro y plata y la inadecuación del clima para plantaciones de caña de azúcar hicieron que este ecosistema fuera desestimado en las primeras fases de la Conquista. El agua dulce de sus arroyos y sus escasos árboles altos (el bosque nativo es bajo y adaptado a los fuertes vientos) fueron el único interés de los conquistadores iniciales, que aquí reabastecían sus reservas de agua, reparaban sus mástiles y seguían aguas arriba hacia la tierra (hoy boliviana) de la plata. Para ello les servía el Río de la Plata y sus afluentes.

Desde Asunción del Paraguay, ciudad intermedia en este camino a la plata boliviana, se advirtió que la pampa y la pradera podían ser la zona de abastecimiento de carne y cuero para los expedicionarios europeos, y no sólo de agua y madera. Desde Asunción precisamente se trajeron los primeros ganados bovinos de origen europeo que luego se reprodujeron rápidamente y en forma totalmente silvestre.

Pero los pueblos originarios de la pampa y la pradera advirtieron las ventajas productivas del nuevo ganado. Cambiaron sus hábitos de vida y de consumo. Crearon la llamada “Edad del Cuero”: casas de cuero, ropa de cuero, calzado de cuero, embarcaciones de cuero, ollas de cuero, tientos de cuero. Hasta llegaron a construir primitivos cañones de cuero abastecidos con pólvora negra.

Por esos tiempos los pueblos del Chaco habían aprendido a capturar y usar el caballo europeo; transfirieron tropillas y destrezas a los pueblos de la pradera y desde ésta el caballo llegó también a la pampa húmeda, pasando a formar parte de la cotidianeidad de las llanuras ahora pobladas de ganado vacuno. Esto pasó durante los siglos XVII y comienzos del XVIII

La era de la Vaquería cambió hábitos y formas de producción y consumo, sin romper el colectivismo difuso de aquellas comunidades. Hubiera sido eso y sólo eso… pero coincidió con dos circunstancias de origen externo de gran importancia.

El primero fue que este mundo de abundancia atrajo la atención de los oprimidos y los excluidos. Comunidades enteras de afroamericanos prófugos y de europeos y criollos sin fortuna ni padrinos, llegaron a la Vaquería donde fueron recibidos y protegidos por las comunidades originarias. Había cueros para todos.

El segundo fue la avidez creciente de la Europa manufacturera y colonialista por los cueros vacunos. Esta demanda impulsó un flujo de mercancías que la atrasada España no pudo controlar. Y de este “contra-bando” (desafío a los “bandos” del gobierno colonial) el universo multicultural y fraterno de la Vaquería obtuvo productos y tecnología europea.

Inglaterra hubiera querido apoderarse directamente de estas fértiles tierras y lo intentó directamente al final de este período (1806-1807) pero nunca pudo. Entonces a regañadientes tuvo que comerciar con el mundo colectivista y “salvaje” de la Vaquería desafiando, eso sí, el monopolio comercial español.

Al mundo indio-gaucho-afro-inmigrante de la Vaquería llegaron telas inglesas, metal toledano, pólvora y armas holandesas, sillas de montar y hasta carruajes. La yesca y el pedernal, el primitivo encendedor europeo, permitió un mayor nomadismo a estos pueblos de a caballo, pues les dio mayor autonomía para encender el fuego.

Los pueblos originarios se “agaucharon” mientras afroamericanos e inmigrantes se “aindiaban”. Todos se sentían compañeros en la pradera sin límites.

En los registros de las ciudades coloniales aquellas inmensas tierras figuraban como formando parte de propiedades extensas que los cabildantes distribuían generosamente entre sus propias familias. Esta concentración de la propiedad se daba, como ya dije, a pesar de que la Corona no alentaba los latifundios sino el poblamiento de la tierra por colonias de súbditos fieles; pero España ya no controlaba ni a sus propios administradores.

Mientras tanto, entre los pobladores de la Vaquería, había algunos hacendados por título real, pero que a diferencia de la mayoría de su clase, no vivían dentro de las murallas de Montevideo. También ellos participaban de la extracción “ilegal”. Eran “afincados”; de origen inmigrante, que compartían la austeridad de sus peones. En sus establecimientos de puertas abiertas a las comunidades y de muros de piedra contra los saqueadores, surgen procedimientos productivos artesanales que por su tecnología eran similares a los del burgo medieval europeo. En estas “estancias cimarronas” sus propietarios, en relación fraterna con los pueblos, desarrollaron fragua y herrería, talabartería, telar, taller de carpintería, huerto con frutales y herboristería indígena.

Además de estas artesanías el contrabando de ultramar, las carretas de mercachifles y los peregrinos andinos proveían también de mercancías a ese mundo multicultural donde la unidad de valor y de acumulación era el cuero, la noma era el trueque, el principio la reciprocidad, y las escasas monedas que circulaban se jugaban a los naipes con indiferencia.

Tenemos entonces ciertas características originales no tanto en el nivel de las fuerzas productivas sino porque:

  1. su producción extractiva se realiza en trueque directo con el mercado capitalista manufacturero más desarrollado,

  2. las relaciones de producción predominantes son de un colectivismo difuso, con desconocimiento en los hechos de la propiedad de la tierra, con una producción artesanal de autoconsumo del tipo de los burgos medievales, con el cuero como equivalente universal, y con la creación de una Edad de Cuero de gran originalidad; y

  3. en la superestructura institucional se percibe la inexistencia del Estado y una religiosidad sincrética que no sataniza ningún culto popular y toma elementos de todos. Añádase una solidaridad militante con todos los oprimidos que llegan a la Vaquería, y una indiferencia unánime hacia los temas del “poder” y de las leyes coloniales, que sólo eran opresoras para los terratenientes de residencia urbana, pues eran los únicos que las cumplían


GONZALO ABELLA - R.O.del Uruguay



jueves, 3 de junio de 2010

ARTIGAS, RAMÍREZ, LOS PUEBLOS LIBRES Y LA REPÚBLICA DE ENTRE RÍOS

...Del hecho de que un país haya constituido parte de un Estado, aunque se hubiera agregado libremente a él, no se desprende de ningún modo la obligación de quedar asociado siempre a ese Estado. Ninguna obligación perpetua podría ser aceptada por la justicia humana, la única que puede constituir autoridad entre nosotros, y no reconoceremos nunca otros derechos y otros deberes que los que se fundan en la libertad. El derecho de la libre reunión y de la secesión igualmente libre es el primero, el más importante de los derechos políticos; sin él la confederación no sería más que una centralización enmascarada...”

MIJAIL BAKUNIN

El Federalismo (1868)


La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada, como objeto único de nuestra revolución; la unidad federal de todos los pueblos e independencia no sólo de España sino de todo poder extranjero”

JOSÉ ARTIGAS, 1815





-¿Qué entendemos por federalismo?:


En 1820, Ramírez abandona a su jefe Artigas y pacta con BsAs el Tratado del Pilar, rompiendo la Liga Federal sudamericana revolucionaria. A partir de allí, se iniciará un camino sinuoso de derrotas para ambos y para todos los pueblos litoraleños, que hasta el día de hoy pagan caro y con dolor esos errores políticos históricos.

Cientos de páginas se han escrito sobre el lamentable enfrentamiento entre Artigas y Ramírez, y no está mal hoy dar una vuelta de tuerca sobre este asunto, en un contexto de rediscusión federalista, aunque en un marco político e ideológico estrecho.

En 1820, la Liga Federal se enfrentaba a los enemigos imperialistas -derrotados los españoles, se había producido la invasión portuguesa desde el Brasil a la Provincia Oriental y toda la mesopotamia corría peligro- y a los enemigos centralistas porteños, que eran la otra cara de la misma moneda neocolonialista, y que no sólo tenían acuerdos permanentes con los poderosos de afuera, sino que muchas veces atacaban al federalismo artiguista y a los pueblos con más saña y ferocidad que los propios invasores extranjeros. Era el artiguismo quién, desde 1813, proponía independencia en serio, autonomías con mayúsculas, república y federación -y democracia multicultural con justicia social- para lograr la libertad verdadera y la felicidad de los pueblos del sur. Era el Congreso de Oriente artiguista el que el 29 de Junio de 1815 ya había declarado la independencia y presionaba a las Provincias Unidas para que se definieran a favor de los valores de la libertad y la justicia, sin vueltas. Y fue en ese histórico congreso federal y americano, dónde se consagró nuestra bandera tricolor como el Pabellón de la Libertad.

No lo quedó otra al Congreso de Tucumán de 1816 que declarar la independencia, aunque los diputados -con predominio de BsAs- no se privaron de proyectar gobiernos monárquicos y centralistas, como así tampoco perdieron tiempo y enviaron una misión secreta a lo que hoy es el Brasil, para acordar con el imperio portugués la invasión de éste a la Banda Oriental y el ataque conjunto, por todos los medios, a las fuerzas revolucionarias artiguistas.

Entre 1816 y 1820, la diagonal roja de los pueblos confederados sangró más que nunca en la lucha simultánea contra el imperialismo y el centralismo, y al final entre un enfrentamiento fratricida también. En esa época, Ramírez se consagró en las luchas como un brillante combatiente de la causa federal revolucionaria, y Artigas le tenía una alta estima, confianza y consideración, como se puede apreciar en la correspondencia entre ambos.

Y estaba claro para todos que la causa que defendían era la de los pueblos libres y culturas libres confederados. No es ocioso recordar que la organización revolucionaria se denominaba Liga de los Pueblos Libres. Y es muy importante detenerse en ese concepto: el federalismo libertario artiguista se construye desde abajo y horizontalmente desde la extraordinaria noción histórica de Pueblos Libres. Es decir, que cuando se hablaba de “autonomía de las Provincias” se hablaba en un sentido absolutamente distinto al que le damos hoy a esa expresión ahora instituída. Entre 1813 y 1820, Provincia se escribía con mayúsculas y era la idea de que cada territorio era un pequeño país, autogobernado, autodeterminado y solidario con los demás pueblos, en un proyecto confederal que extendía su mirada no sólo al gran territorio de las Provincias Unidas de Sudamérica sino a toda Nuestra América multi e intercultural. Y por ésto, Artigas no era presidente ni jefe supremo, sino Protector de los Pueblos Libres.

Debemos subrayar entonces que la matríz federal artiguista revolucionaria es absolutamente distinta a la matriz constitucional alberdina y al pacto hegemónico urquicista y mitrista (1853-1861), dónde los pueblos pasan a ser, paso a paso, provincias con minúsculas cada vez más dependientes del poder central.

Pero en 1820 Ramírez abandonó ese proyecto. Artigas ya había sido traicionado por su ex lugarteniente Fructuoso Rivera –que se había pasado al bando portugués- y había sido derrotado en Tacuarembó. La esperanza que le quedaba a la Liga Federal era el triunfo de Ramírez contra los porteños en Cepeda, y éste triunfo federal llegó. Ramírez tenía que salvar y repotenciar el proyecto federalista sudamericano, obligando a los porteños a respetar el proyecto político, a discutir su integración al mismo y a colaborar de una vez para derrotar y expulsar al enemigo portugués.

Un futuro promisorio esperaba a las Provincias Unidas del Sur y al federalismo popular si se cumplían estas directivas de Artigas, pero Ramírez acordó otra cosa con los porteños en el Tratado del Pilar -pacto que hasta hoy algunos irresponsablemente festejan como parte de su entreguismo- y abandonó el proyecto artiguista.

Mucho se ha escrito sobre los “asesores” de Ramírez y sobra sus propias intenciones políticas, pero más allá de eso, varios no se cansan de decir que había que “buscar un poco de paz y recomponer las fuerzas, y que ya no daban las condiciones para seguir la guerra antiimperialista y anticentralista”. Estos mismos que no lo exigen a Ramírez haber dado continuidad a la coherencia, no dicen nada cuando Artigas no ahorró en sacrificios, ayudando con hombres, armas y vidas a independendizar a Entre Ríos del centralismo en el combate del Espinillo de 1814. Tampoco dicen nada del éxodo oriental anterior y de la hermandad confederal que se potenció en el Ayuí, en Concordia, y que era la unión de los pueblos oriental y entrerriano en lucha contra el dominio español -todavía amenazante en la región en ese tiempo- y contra la traición de BsAs que le había entregado la Banda Oriental y Entre Ríos a los godos atrincherados en Montevideo.

Y que nadie se olvide que el enviado porteño al Ayuí para dividir a las milicias populares artiguistas había sido Sarratea, el enemigo número uno de la independencia verdadera de los pueblos y del federalismo. Con el mismo Sarratea, Ramírez firmó en 1820 el Tratado del Pilar, que el mitrismo genocida festeja como base de la argentinidad estatal.

Artigas no dudó en enfrentarse a la traición con el objetivo permanente de salvar y reconstruir el proyecto federal americano revolucionario. En la Batalla de Las Guachas, en Tala, la mayoría de los entrerrianos y litoraleños estuvo del lado del Protector y Ramírez fue derrotado. Pero en el combate siguiente y que sería el definitivo, en Las Tunas -cerca de Paraná- Ramírez recibió ayuda porteña y portuguesa y derrotó así al movimiento artiguista. Persiguió con saña a su anterior jefe y a los pueblos y culturas artiguistas, y Artigas tuvo que exiliarse al Paraguay, donde murió pobre y Karai Guasú en 1850.

La supuesta transición a un federalismo pactada por Ramírez con BsAs no se dió nunca, y el propio Ramírez volvió sobre sus pasos -ya sin Artigas, y con una Banda Oriental en manos de los portugueses- e instituyó la República de Entre Ríos, de corta duración, porque sus ex aliados de BsAs y de Santa Fe le mostraron sus grandes dientes, y lo terminaron derrotando y asesinando en 1821. Y no sólo eso, sino que su ex compañero Estanislao López ordenó que le cortaran la cabeza y la expusieran públicamente.

Ahí está el resultado político de abandonar y quebrar la Liga Federal artiguista. ¿Y si Ramírez hubiera seguido siendo el gran combatiente federalista del Saucesito (1818)? ¿Y si Ramírez hubiera afirmado en 1820 el proyecto federal artiguista sudamericano?.

En el corto tramo temporal en el que fué Jefe Supremo, y en el que tal vez, en algún momento, tomó conciencia de lo que venía haciendo, Ramírez promovió una república entrerriana a la que integró forzadamente a correntinos y misioneros. La República de Entre Ríos fué la forma política posterior al Pueblo Libre Entrerriano confederado, y su afirmación autónoma es tan contradictoria como innegable. Pero ni Artigas ni Ramírez pudieron darle forma global a sus proyectos republicanos y federalistas y sus históricos esbozos no pueden ser traducidos historiográficamente como antecedentes del pacto feudo-federal-unitario alberdino, urquicista y mitrista.

La República de Entre Ríos sin estrategia y sin política revolucionaria se quedó sin cabeza y sin futuro. La república entrerriana artiguista quedó latiendo como hipótesis del devenir.



19 de Junio: Día de la Bandera de Entre Ríos, la Bandera Federal de Artigas


Desde este 19 de Junio de 2010, y ante el trabajo y la lucha de la Vocal de los Trabajadores en el CGE, de la nueva conducción de AGMER, del Foro Artiguista Entrerriano, de la Junta Americana por los Pueblos Libres y de tantos estudiosos y militantes que han mantenido la memoria histórica, se empezará a conmemorar en todas las escuelas entrerrianas el Día de la Bandera de Entre Ríos, la Bandera Federal de Artigas (que nació un 19 de Junio de 1764), y que fué la Bandera de Ramírez también. Es un momento propicio no sólo para repasar nuestra historia y nuestra genealogía política y cultural a fondo, sino también para pensar las luchas soberanistas y federalistas a nivel global, y los desafíos de los trabajadores y el pueblo entrerriano.

19 y 20 Junio pasan ahora a ser los días de nuestras banderas y hay que llenar de contenido histórico, político, pedagógico y cultural esas conmemoraciones. Hay que disputar en serio el sentido de la historia y del futuro, afirmándonos en nuestra memoria.

Está en nosotros hacer pedagogía de la autonomía teórica y abstracta o afirmar una pedagogía de la esperanza con la memoria de nuestra tierra y de nuestra cultura. Está en nosotros hacer entrerrianismo simpático y turístico o federalismo simbólico y romántico, o pelear desde abajo por un futuro político, económico y social distinto.

Está en nosotros hacer de la soberanía pedagógica parte de la lucha por la soberanía política y la emancipación social, en el contexto de las historias de nuestra tierra y de las condiciones actuales, que hay que superar.

Está en nosotros salir del estrecho corcet ideológico en el que nos quieren meter los nacionales y populares burgueses y hoteleros y sus supuestos mediáticos adversarios sojeros.


En todo el mundo, los trabajadores y los pueblos luchan a su manera contra la concentración, el ajuste y la centralización política y económica, estatal y capitalista. Más 5.000 pueblos, naciones y culturas luchan a nivel global contra 200 estados unitarios. Tal los ejemplos de Escocia, Irlanda del Norte, el País Vasco, Catalunya, Galicia, los Kurdos y Palestina, que no deja de sangrar y de sufrir. Y el debate sobre autonomía, independencia, plurinacionalidad, federalismo, democracia directa y emancipación social y cultural renacen en Nuestra América -donde los pueblos originarios, como los mapuches y los quechuas replantean el concepto de confederación, donde los zapatistas hacen historia reafirmando la autonomía política y social, y dónde el pueblo boliviano se co-instituye como plurinacional y comunitario-, renacen también en Europa y en todos lados.

Tenemos que seguir estudiando, luchando y explorando distintas experiencias y caminos de lucha, para tensar el unitarismo estatal argento y reabrir un camino de libertad, justicia y confederación real argentina y sudamericana. Miremos la Confederación Suiza, con ejecutivo y debate confederal, con prácticas permanentes de democracia directa, y con libertad a sus cantones, provincias autónomas y estados, para relacionarse entre sí y para relacionarse con los pueblos de la denominada Unión Europea.

Cambiemos la mirada y pensemos distinto para luchar mejor. Los trabajadores vascos y sus organizaciones sindicales soberanas -por ejemplo- avanzan con planes de lucha contra el ajuste neoliberal, a pesar de las dudas y transas de la burocracia sindical española y centralista.

La independencia de clase en la lucha, la soberanía política y el federalismo libertario son un una plataforma fundamental para luchar contra la concentración capitalista, y para que no sea normal que un gobierno entregue “Fondos del Bicentenario” en medio de las necesidades y el hambre de los gurises y del pueblo.



Mauricio Castaldo

María Grande-2/6/2010

mauriciocastaldo@gmail.com


domingo, 30 de mayo de 2010

La Bandera Federal de Artigas llegó hasta el Congreso de la Nación



Los militantes del FPDSantillán recibieron con gran alegría la Bandera Federal obsequiada por Agmer este lunes 24 de Mayo en el Acampe por el Otro Bicentenario, y se dirigieron en medio de cánticos hasta el Congreso de la Nación, que estaba a pocos metros, y colocaron un rato la bandera allí.

Es otro aviso histórico de los que luchan: Artigas siempre vuelve.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Una relectura artiguista del Bicentenario, a dos bandas

CX36, Radio Centenario de Montevideo, entrevistó telefónicamente este 25 de Mayo por la mañana al Sec.Gral. de AGMER María Grande, Mauricio Castaldo.



EL 25 DE MAYO NO ES UNA FECHA DE LOS ARGENTINOS; ES UNA FECHA DE ORIENTALES Y DE ENTRERRIANOS Y DE ARGENTINOS Y DE SUDAMERICANOS

Entrevista al Profesor de Historia Mauricio Castaldo, entrerriano, integrante del Foro Artiguista Entrerriano y de la Asociación gremial del magisterio de Entre Ríos (AGMER) “Somos la Banda Occidental del Uruguay y queremos seguir diciéndolo y si nos tenemos que pelear y discutir con quien sea y si alguien tiene muy instalado el discurso unitario bueno, nos vamos a seguir peleando. Pero si no nos animamos a decirnos lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser vamos a seguir hablando siempre con las palabras del poder”

Ángeles: Nos cuesta cortar la canción que estábamos escuchando, pero nos da mucho gusto para recibir telefónicamente al Profesor Mauricio Castaldo que lo hemos anunciado mucho esta mañana y que parece que ya está por ahí.

A ver si estás Mauricio

Castaldo: Acá estoy, buenos días a todos

Ángeles: Muy buenos días. Nos da mucho gusto recibirte, hemos estado leyendo cosas tuyas toda la mañana (http://vozentrerriana.blogspot.com/2010/05/bicentenario-demosle-las-armas-los.html ) y hemos estado ubicándonos nosotros como orientales diciendo que más que uruguayos tenemos que sentirnos orientales. Pero esto es para que hables vos así que Mauricio, queremos además decir al presentarlo como profesor que es un hombre muy comprometido, decimos nosotros que más artiguista que muchos orientales muchas veces.

Pertenecés al Foro artiguista entrerriano, a la Asociación gremial del magisterio de Entre Ríos, ¿cómo te ubicás vos, cuál es tu compromiso social Mauricio?

Castaldo: Bueno lo que nosotros estamos intentando hacer es desde la militancia docente y social hacer una relectura del proyecto federal artiguista sudamericano revolucionario desde un punto de vista libertario. En ese sentido nos parece que eso es lo importante: ver el proyecto artiguista en su totalidad, es decir, verlo desde la Banda Oriental, verlo desde Entre Ríos y verlo desde Sudamérica en su totalidad como un proyecto de una Confederación de pueblos y culturas libres de Sudamérica, una verdadera Confederación de pueblos libres, antiimperialista y anticolonialista. Esa es un poco la tarea en la que estamos. Por eso el 25 de mayo es una fecha para analizarla largo y tendido por su complejidad y por ser parte de un proceso muy complejo y contradictorio.

El 25 de mayo no es una fecha de los argentinos; es una fecha de orientales y de entrerrianos y de argentinos y de sudamericanos. Es una fecha de las Provincias Unidas del sur. Y la batalla de Las Piedras tampoco es una fecha uruguaya, también es una fecha de todos los pueblos del sur, de las Provincias Unidas de Sudamérica.

Yo creo que hay que poder hablar de los pueblos del sur. Así como el himno argentino dice "Las Provincias Unidas del sur", una de las poquitas partes que le queda todavía de aquel himno original de once estrofas que era sudamericanista, todavía se canta de este lado un homenaje a las Provincias Unidas del sur. Es un concepto muy importante y un mapa, una geografía muy importante que hay que recuperar en las dos bandas, en la Banda Oriental y en esta banda Occidental para volver a hermanarnos en el pasado y en el futuro.

Ángeles: ¿Qué festejar hoy? Primera cosa, ¿hay que festejar? ¿Y qué es lo que se festeja?

Castaldo: Yo creo que no hay que festejar nada, no es una fecha de festejo por muchos puntos de vista. Es una fecha de reflexión crítica y se pueden decir muchas cosas del 25 de mayo de 1810 y del 25 de mayo del 2010. Pero dada la situación, dadas las contradicciones que pasaron en la historia sudamericana y en la historia rioplatense en particular; dada la historia de traiciones de las clases dominantes a los propios proyectos criollos y americanos, a los proyectos independentistas, y dada la situación actual de tanta desigualdad, de tanta alienación, de tanta explotación, de tanto saqueo, obviamente que no es una fecha para festejar sino que es una fecha para reflexionar críticamente, sobre lo mejor de los procesos de luchas sudamericanas, de los proyectos de lucha por la independencia y en ese sentido hay que hacer un repaso y una reafirmación del proyecto artiguista completo. Es una fecha para reflexionar sobre eso y una fecha para reflexionar sobre las enormes necesidades que tenemos los rioplatenses y los sudamericanos en este momento, y para pensar releyendo la historia, releyendo el proceso artiguista, para pensar de aquí en adelante cómo encaramos la lucha que tenemos que dar para transformar esta realidad que necesita ser transformada en forma urgente. Así que no es un día para festejos ni para festejos turísticos como lo plantea el progresismo argentino o para sentarse a festejar algo en el teatro Colón entre presidentes o gobernantes rioplatenses.

Acá en Buenos Aires se debatió esta semana si la presidenta del gobierno argentino se sentaba con el jefe de gobierno de la Capital federal Macri en el teatro Colón o no. Ese no es el debate político que necesitamos los argentinos y los sudamericanos.

Ángeles: Claro, porque esa dependencia económica, esa falta de soberanía, es la que pone totalmente en tela de juicio el tema de la independencia cuando todos los años se festeja la independencia.

Castaldo: Son fechas que, como el 25 de mayo, como el 9 de julio, que desde un punto de vista sudamericanista, libertario y artiguista, son fechas discutibles. Capaz que no es casualidad que el estado argentino, el propio estado uruguayo, y los estados capitalistas, tomen estas fechas a su manera y con sus discursos, que son discursos contradictorios, mezquinos e incompletos que tapan y ocultan cosas, toman estas fechas y nos plantean discursos sobre la independencia, sobre la libertad, ¡hablan tanto de la libertad! Y andamos buscando la libertad a ver por dónde anda ¿no?

Ángeles: Mauricio, en las cosas que vos has escrito le das mucha importancia a destacar no la imagen que muchas veces se asocia a una fecha como el 25 de mayo: el Cabildo, las ropas, el balcón. Vos hablás de otras cosas. Hablás de los pueblos, hablás de los que no se parecen a esos que uno ve en las pinturas y en lo que representa con imagen al 25 de mayo y a otras fechas patrias

Castaldo: Sí, hay una serie de imágenes ideológicas instituidas por el poder; en el caso de la Argentina instituidas por el estado unitario argentino y por el mitrismo, por Mitre, por los unitarios que triunfan en 1861 y se quedan con el poder. Y tanto Mitre como Sarmiento como todos esos gobernantes unitarios, instituyeron esa idea de que el 25 de mayo nació la patria argentina; instituyeron de que solamente los políticos de saco y corbata en el Cabildo, en la casa de gobierno, son los que hacen la política y que los pobres están afuera preguntando de qué se trata y que lógicamente que esa imagen de los políticos del Cabildo es la ideología de la representación política burguesa, es decir los representantes que están ahí negando toda participación popular.

Entonces me parece que nosotros un desafío que tenemos en ambas bandas, es ir superando esas imágenes e ir construyendo una comunicación alternativa y una pedagogía alternativa sobre las luchas por la independencia sudamericana. Hay que salir de esa ideología mitrista de que hubo una revolución en el Cabildo de Buenos Aires, cuando ahí se inició un proceso de lucha y cuando la revolución contra el poder español la hicieron los pueblos de Sudamérica; los pueblos de las Provincias Unidas del sur y de toda Sudamérica. Los pueblos y las culturas. Y hay que salir de la imagen de la negra mazamorrera. Acá estamos inundados de publicaciones de Buenos Aires y de europeos donde se muestra el Cabildo con los políticos y la negra mazamorrera con la comida. Entonces nosotros decimos que hay que desterrar esa imagen instituida, hegemónica y mejor que las imágenes del Cabildo y la negra mazamorrera, a nosotros nos parece mejor -y estamos trabajando- con los gurises, con nuestros alumnos en las escuelas y en nuestras páginas web y en todas las publicaciones que hacemos, nos parece mejor un mapa de Sudamérica o un mapa de las Provincias Unidas del sur; dibujar y pintar allí a los indios, a los gauchos, a los negros, a las negras, mujeres, hombres, niños, recordamos el éxodo oriental y a todos los pueblos que dieron su vida en las luchas por la liberación en Sudamérica.

A nosotros nos parece que dar esa batalla semiótica, de signos, es una parte muy importante de la batalla contra hegemónica, cultural que hay que dar. Y no es fácil porque nosotros estamos en un debate con los compañeros docentes acá y tienen tan metida la idea unitaria de la patria argentina como supongo que algunos en Uruguay tendrán metida la idea del estado uruguayo y de la uruguayidad desde 1830 en adelante; esa idea de separarnos, la idea unitaria de los estados nacionales capitalistas separados que nos hace tanto daño esa imagen y me parece que desde abajo vamos dando una batalla de ideas contra hegemónicas que por lo menos pone en cuestión -que no es poco- las imágenes y los discursos hegemónicos instituidos.

Ángeles: Siempre parece como que estamos separados. Y estamos separados pero yo no sé si es porque le toca a uno vivirlo pero como que ahora estamos más separados que nunca. Y vos podés decirlo todo en este lenguaje así: los uruguayos con su progresismo con Mujica y todo esto, admirado eso desde lo que sería el Cabildo de Buenos Aires; los paraguayos en otra, todavía más lejana en su contacto diario, en su contacto de saber realmente qué es lo que está pasando; esas batallas en Argentina de si el asunto es darle palo a los Kirchner o no darle palo a los Kirchner. Como que estamos cada uno en una batalla diferente

Castaldo: Y que es lo que quiere el poder. Y que en realidad son batallas estrechas porque las batallas políticas ideológicas sociales son otras. Nosotros tendríamos que estar pensando -y es un desafío que tenemos para adelante los trabajadores y los militantes sudamericanos- estar pensando nuevas redes militantes que atraviesen fronteras y que atraviesen estas limitaciones que tenemos hoy y que construyan desde abajo no solamente un debate como el que estamos dando sobre la historia sino además un debate sobre todos los temas que atañen a las necesidades de los sudamericanos.

Tenemos muchos temas en común, necesidades en común y sufrimientos en común los trabajadores sudamericanos, los estudiantes, los docentes, los ecologistas, los pueblos indígenas, las culturas, los movimientos afro. Los tantos desafíos y tantas cosas en común en el pasado, en el presente y en el futuro, que me parece que una de las cuestiones importantes es volver a repensarnos los de abajo en Sudamérica, los pueblos del sur, los que hemos luchado y los que luchamos, los que hemos resistido y ponernos desafíos de acá para adelante, más allá de lo que hagan, de los debates de la política burguesa, de la política partidaria o de las elites políticas o de lo que discutan los gobiernos o los estados. Hay que fortalecer redes de un contra poder militante sudamericano que tampoco es empezar de cero porque en toda Sudamérica hay movimientos políticos y sociales de lucha extraordinarios, extraordinariamente ricos que están haciendo tantas cosas.

Me parece que uno de los desafíos es enredarnos y solidarizarnos más entre nosotros y sincronizando más desde abajo las luchas y si en algún momento pudimos voltear desde abajo hace poco el proyecto hegemónico del ALCA, los movimientos sociales y los movimientos políticos en un diálogo complejo porque no muchos movimientos sociales aceptan a los movimientos políticos partidarios y viceversa, un diálogo complejo pero que logró que el ALCA fuera desterrado de la agenda política si bien hoy tenemos otras complejidades y otros problemas y otras transas y otras traiciones de parte de los gobiernos, pero si logramos eso podemos lograr muchas cosas desde abajo. Es cuestión de pensar los desafíos. Aquí los foros ecologistas aportan mucho contra el saqueo, contra los saqueos planificados que se vienen de nuestra tierra y nuestros recursos y contra el ILSA, el plan de obras públicas al servicio del imperialismo y las multinacionales. Tenemos muchas cosas para pensar, para hacer y para reorganizarnos los trabajadores y los pueblos de Sudamérica y tenemos que hacerlo con nuestras herramientas, con nuestros espacios de comunicación e ir construyendo de abajo fuerza para ir transformando esta realidad sudamericana que nos pega el grito de que la transformemos.

Ángeles: Claro. Mauricio, vos estás planteando que tenemos que trabajar sobre todo eso, En ese marco, las ideas del artiguismo ¿cómo juegan en esto, cuánto pueden pesar las herramientas que da el artiguismo?

Castaldo: Es central. La recuperación del proyecto artiguista federal sudamericano revolucionario es fundamental, es central en el proceso de debate sudamericano de futuro. Yo ayer lo planteaba justamente porque estuvimos participando del acampe de los movimientos sociales en la ciudad de Buenos Aires por el otro Bicentenario, por un Bicentenario alternativo que fue convocado por el Frente Popular Darío Santillán y distintos movimientos sociales de Argentina y de Sudamérica, y justamente planteábamos esto y le obsequiamos de parte del Sindicato docente entrerriano y el Foro artiguista entrerriano, una bandera federal gigante de 12 metros al Frente Darío Santillán y los compañeros salieron con esa bandera a cantar y a caminar. El acampe era enfrente al Congreso de la Nación en Buenos Aires e incluso desplegaron la bandera federal frente al Congreso de la Nación. Yo supongo que Artigas desde algún lado debe tener un poquito de alegría de haber podido clavar esa lanza aunque sea un ratito simbólico ahí, en un territorio político tan maldito como Buenos Aires que le hizo tantas cosas ¿verdad?

Ángeles: Claro.

Castaldo: Y justamente planteé eso en un panel donde había compañeros de distintos movimientos sociales, incluso compañeros bolivianos y bueno, fue una sorpresa extraordinaria cuando terminó el panel debate donde planteamos la recuperación del federalismo artiguista, la relectura del federalismo sudamericano artiguista, vos sabés que se acercó incluso hasta un compañero peruano periodista que está haciendo un curso de periodismo en la Universidad de Buenos Aires, se acercó a charlar conmigo, intercambiamos correos y me gustó su interés pero digo ¡qué extraordinario este encuentro y poder decir las cosas, y mirá lo que significa Artigas tan lejos de las fronteras instituidas! Cuando uno lo explica entero, cuando uno lo recupera a Artigas desde las Instrucciones del XIII que era un proyecto federal sudamericano, un proyecto de confederación de pueblos libres de Sudamérica, con toda la riqueza que significa el concepto de pueblo libre que no todos han entendido me parece.

Entonces recuperar las Instrucciones del XIII y leerlas linealmente, literalmente tenemos que leer los documentos artiguistas. Recuperar el reglamento de Tierras de 1815 y los demás documentos políticos que pesen en un proyecto federalista, sudamericano, multicultural e intercultural verdaderamente revolucionario de la distribución de la riqueza.

Cuando uno relee sin la intermediación ideológica de lo que después se ha dicho desde el estado argentino, desde el discurso nacional y popular, desde el estado uruguayo desde el discurso de la uruguayidad sobre el prócer uruguayo Artigas, que esos son discursos posteriores sobre artiguismo y que lo destrozan a Artigas, destrozan, lo recortan, recortan el proyecto federal sudamericano originario, entonces nosotros tenemos que releerlo completo, releerlo literal y analizar despacito qué quería decir con cada una de las cosas de esa época: lo que quería decir Liga de los pueblos libres, lo que significó el Congreso de Oriente de 1815 de la Liga Federal donde los pueblos originarios tenían sus propios representantes. Eso lo planteé anoche en el panel de la ciudad de Buenos Aires y me miraban los compañeros porque habían militantes de pueblos originarios de todos lados.

Es central porque el artiguismo plantea un respeto a las autonomías y las culturas; un respeto entendido como soberanía particular de los pueblos y las culturas, pero además plantea un respeto a esas autonomías con mayúsculas, pero lo plantea en medio de una apuesta en común en un proyecto de Liga Federal con todo el contenido político transformador que el artiguismo tenía. Entonces releerlo completo, releerlo literalmente y una vez que uno hace esa relectura pensar la realidad y el futuro desde esa relectura completa del artiguismo. Y me parece que ahí tiene mucho para dar en los debates políticos y sociales sudamericanos del futuro.

Y las redes de debate en nuestros espacios comunicativos alternativos, de las radios como radio Centenario, de las web nuestras de los sindicatos y en toda Sudamérica, estas redes de debate están dando algunos frutos muy interesantes. Yo estaba viendo por ejemplo algunos espacios de comunicación bolivarianos que están incorporando la idea de Confederación sudamericana. Ayer me llegaba un correo de Luis Bilbao, el director de la revista bolivariana América 21 y al final hablaba de la necesidad de que Argentina vuelva a pensar la idea de Confederación y que Argentina sea parte de una Confederación socialista latinoamericana. Es decir, hay una relectura y esto ha llevado tiempo y nosotros desde acá hemos reinstalado de vuelta el concepto federativo confederal desde un punto de vista libertario, revolucionario y sudamericanista y muchos compañeros y muchos movimientos sociales y culturales empiezan a entender el valor que tiene recuperar esa idea confederada artiguista, porque respeta las autonomías, pero además las hermana en una apuesta en común superadora. Eso es extraordinario.

Ángeles: Una cosa que tenemos que repetirle a los oyentes, es que Mauricio es argentino. Entonces te tengo que preguntar cuándo empezaste a estudiar a Artigas, cuándo lo descubriste, desde cuándo tenés a Artigas como referente

Castaldo: Primero tengo que decirle a los oyentes que dentro de ser argentino soy entrerriano

Ángeles: pero yo tengo que decirles primero que sos argentino porque sino no me creen

Castaldo: Nosotros los entrerrianos somos parte de la Argentina y somos parte de Sudamérica. Y cuando uno dice ser entrerriano lo digo justamente porque uno es parte de la Argentina pero uno es parte de Sudamérica y somos la Banda Occidental del Uruguay. Somos Argentina, pero somos la Banda Occidental del Uruguay también. Y somos hermanos mellizos política y culturalmente de los uruguayos, de los orientales. Entonces por eso nos gusta decirnos entrerrianos.

Ángeles: Que vos digas que sos entrerriano es cuando nosotros decimos que somos orientales

Castaldo: Es esta hermandad. Nosotros somos mellizos si me permiten la expresión, política, historiográfica, culturalmente y nosotros no dejamos de decirlo, es decir: nosotros queremos seguir diciendo esto. Somos la Banda Occidental del Uruguay y queremos seguir diciéndolo y si nos tenemos que pelear y discutir con quien sea y si alguien tiene muy instalado el discurso unitario bueno, nos vamos a seguir peleando. Pero si no nos animamos a decirnos lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser vamos a seguir hablando siempre con las palabras del poder ¿es cierto?

Pero entonces yo soy profesor de historia y a Artigas me lo encuentro estudiando el profesorado de historia en Paraná. Yo vivo en una ciudad que se llama María Grande, es una ciudad chiquita de 10 mil habitantes en el Paraná Campaña a unos 60 kilómetros de la capital de Entre Ríos, que es Paraná, y allá por la década del 90 estudiando profesorado de historia me encuentro con un grande de la docencia entrerriana que es el profesor Juan Antonio Vilar que en su clase de historia argentina del profesorado en Paraná era el único que hablaba de Artigas y hablaba con pasión, defendiéndolo y con una coherencia extraordinaria así que allí me lo encontré y de a poquito fui leyendo

Ángeles: ¿Cuántos años tenías vos allí Mauricio?

Castaldo: Yo ahora tengo 35 años, habré tenido veinte y pico. Y bueno, ahí empezamos a leerlo, despacito, y si bien siempre lo teníamos, hasta hace poco con un grupo de compañeros teníamos a Artigas como un prócer querido nuestro, como el mejor prócer capaz de la región por lo completo, por su federalismo, por la reforma agraria, por la multiculturalidad. Pero hace un tiempo cuando se da el debate de la Asamblea de Gualeguaychú y el corte de ruta contra Botnia, empezamos a sentir la necesidad por algunos discursos chauvinistas que se hacían en ambas bandas del río, discursos uruguayos anti argentinos y discursos argentinos anti uruguayos, empezamos a sentir la necesidad de releerlo más a Artigas y a replantearnos la necesidad de reafirmar esta hermandad cultural y política entonces ahí nos dimos cuenta de la necesidad de contrarrestar los discursos chauvinistas y ahí fue saliendo la necesidad esta del Foro artiguista entrerriano, esta red comunicativa alternativa que tenemos con los compañeros. Salió lo de meter los debates sobre artiguismo en la Agrupación roja y negra de AGMER (Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos) que es la que hoy conduce el sindicato docente. Y la Agrupación roja y negra de la cual el artiguismo es parte, conduce el sindicato desde el año pasado. Y también se formó en Paraná la Junta americana por los pueblos libres, que es una asociación cultural en la que están algunos compañeros periodistas, docentes, militantes sindicales, estudiantiles, que se plantean como cuestión central la relectura y reivindicación del proyecto artiguista así que fuimos sembrando varias semillas en el camino y de a poquito esas semillas van dando frutos.

En el último documento de la Asamblea de Gualeguaychú en el puente, en la sexta marcha que se hizo hace poco, en el final del documento donde se critica a los tres gobiernos: al gobierno uruguayo, al gobierno argentino y al gobierno entrerriano, se termina citando a José Artigas y al proyecto Confederal sudamericano. Y eso nos da mucho gusto, que a pesar de los debates, de las contradicciones y de las complejidades que todos los movimientos y las organizaciones tenemos, ir recuperando esas ideas en común que nos hicieron fuertes en el pasado y que nos van a hacer fuertes en el futuro.

Ángeles: 25 de mayo pero el Bicentenario, tomándolo ya como una cosa que va a trascender obviamente las fronteras, va más allá del acto del Colón y de los actos que pueda haber en la Argentina, todo esto que vos estás conversando, ¿cómo analiza y qué hacer ante el Bicentenario?

Castaldo: Yo creo que hay que hacer una reflexión crítica y decir en primer lugar que desde el punto de vista de la resistencia contra el colonialismo español y europeo, los pueblos originarios tienen 500 años de lucha y de resistencia que tenemos que reivindicar, es decir que la historia de las luchas en Sudamérica no empezaron hace 200 años. Reivindicar ahí fuertemente el discurso de los pueblos originarios. Yo te digo la verdad, que los textos que he leído esta semana de las comunidades originarias, especialmente del pueblo mapuche, me parecen extraordinarios. Su reflexión crítica, su repaso crítico de la historia, me parece que ayuda mucho a pensar distinto y ayuda mucho también a fortalecer el análisis artiguista. Fue muy importante ver la historia desde otro punto de vista.

Entonces, decir que las luchas en Sudamérica empezaron desde el primer día que Cristóbal Colón o algún conquistador español abusó de algún indígena o de alguna indígena y que esa es nuestra historia sudamericana y que el 25 de mayo es simplemente una fecha más; una fecha importante, pero una fecha política más en medio de esta historia de lucha sudamericana y yo digo que el 25 de mayo es una puerta abierta políticamente. Los políticos de Buenos Aires del Cabildo, al echarlo al virrey Cisneros en forma muy compleja, había muchos políticos conservadores, juraron por el rey de España -hay muchas contradicciones en el 25 de mayo- pero a pesar de eso el hecho es que echaron al virrey Cisneros, le abrieron la puerta a un nuevo proceso de lucha. Habían muchas luchas, pero se abrió una puerta a seguir luchando porque al sacarlo a Cisneros se desata un debate y un conjunto de luchas en las Provincias Unidas y en los pueblos de Sudamérica, que termina con la batalla de Ayacucho 14 años después y con la derrota política del imperio español; una derrota que se produce porque los pueblos sudamericanos lucharon a su manera hermanados solidariamente.

Entonces el 25 de mayo es una puerta abierta a las luchas y es una fecha más importante dentro del proceso de luchas de Sudamérica.

También puede ser importante recuperar acá algunos de los análisis que han hecho historiadores orientales como Gonzalo Abella. Gonzalo dice esta idea de que el 25 de mayo y después el artiguismo es el pase a fase armada de las luchas que los pueblos y las culturas venían dando de antes, las resistencias que venían dando de antes.

Ustedes han charlado con Gonzalo cientos de veces ahí en la radio y lo tienen bien analizado. Entonces yo digo verlo desde este punto de vista al mayo. Como una puerta abierta y como una fecha importante más dentro del proceso de lucha sudamericano, todo en el marco de un debate historiográfico, político, comunicativo pedagógico muy complejo que hay que analizar despacio, para no caer en reduccionismos o en simplismos sobre la historia y la política porque si uno simplifica el pasado también simplifica el presente y simplifica el futuro.

Ángeles: Mauricio, por supuesto que vamos a mantenernos en contacto, hace tiempo que te venimos leyendo además y compartiendo cosas con los oyentes; el agradecimiento de que estemos hoy escuchándote y de poder conversar, intercambiar contigo en este día tan especial y el compromiso de mantener el contacto para adelante

Castaldo: Seguro. Para mí ha sido un placer, un gusto extraordinario, un honor haber estado con ustedes en radio Centenario y compartir con la audiencia oriental, con la audiencia argentina y sudamericana que nos escucha, y dar otro pasito más en esta hermandad que queremos reconstruir a nivel sudamericano. Y pedirle a todos que recordemos todos aquellos elementos que nos hermanan. Yo estaba releyendo recién aquellas estrofas del himno argentino original y recordemos con gusto esto que nos hermana en aquel himno de 1813, que decía San José tierra oriental, San Lorenzo, Suipacha, Ambas Piedras, Salta y Tucumán, la colonia y las mismas murallas del tirano en la Banda Oriental son letreros eternos que dicen aquí el brazo argentino, el brazo sudamericano triunfó, aquí el fiero opresor de la patria su cerviz orgullosa dobló.

Digo recuperemos nuestra historia común, nuestra historia de hermandad en las luchas para tener un futuro común, pero un futuro distinto así que un placer, muchas gracias y saben que estoy a sus órdenes.

Ángeles: Muchas gracias decimos nosotros y quedamos contentos de que lo hayan dejado clavar esa lanza a Artigas ayer en Buenos Aires porque acá lo quieren transformar en un abuelito que no embroma a nadie y dejarlo preso en la estatua así que gracias por ponerlo allí a Artigas, en el campo de batalla

Castaldo: Cuando me manden las fotos que me ls prometieron los compañeros del Frente Darío Santillán, de la bandera federal allá, la vamos a enviar a la web de radio Centenario para que la tengan.



Y les quiero contar algo que es muy importante: hemos logrado acá en Entre Ríos que el 19 de junio que es el nacimiento de Artigas, sea el día de la bandera federal. Acá en Entre Ríos se llama día de la bandera de Entre Ríos entonces hemos logrado desde AGMER, del Foro artiguista, que el 19 y 20 de junio en esta Banda sean los días de las banderas. El 20 de junio por Belgrano es el día de la bandera argentina y logramos que el 19 de junio sea el día de la bandera federal. En los actos en nuestras escuelas está la celeste y blanca y está la bandera federal y muchas veces los gurises no saben qué simboliza la diagonal roja y con esto, al lograr insertarlo en el calendario escolar entrerriano, logramos que todas las escuelas y todos los docentes tengan que releer y estudiar a Artigas para en los actos que hay que hacer a partir de ahora del 2010 en las escuelas entrerrianas, haya que releer y repensar el proyecto artiguista.

Así que en Entre Ríos el 19 de junio es el día de la bandera federal y por qué no pensarlo para la Banda Oriental, por qué no pensarlo para la República Oriental del Uruguay y de aquí en adelante hacer una campaña de concientización para que el 19 de junio también sea el día de la bandera federal en la República uruguaya.

Ángeles: Sin duda que sí. Un abrazo grande Mauricio

Castaldo: Un abrazo para ustedes


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Presencia Entrerriana en el Acampe por el Otro Bicentenario en Bs.As

La Bandera Federal en el panel sobre las luchas continentales
de ayer y hoy, en El Otro Bicentenario

El Secretario General de AGMER María Grande y militante artiguista entrerriano, Mauricio Castaldo, participó en el panel-debate sobre “Las luchas continentales, ayer y hoy”, en el marco del Acampe por el Otro Bicentenario, organizado por el Frente Popular Darío Santillán y la Coordinadora de Movimientos Populares, junto a otras organizaciones sociales y militantes de Argentina y de Sudamérica. La actividad se realizó este lunes 24 de Mayo en la Plaza de los Dos Congresos, en la ciudad de BsAs.


En su intervención, Castaldo reafirmó, en primer lugar, la necesidad de seguir profundizando una revisión histórica profunda de las luchas en Nuestra América, y avanzar en el despliegue de un pensamiento crítico subalterno, postcolonial, auténticamente federalista y libertario. “Es un gusto muy especial estar en este territorio políticamente maldito, como ha sido siempre BsAs”, dijo el secretario mariagrandense al iniciar su intervención. Insistió con la necesidad política, ideológica, comunicativa y pedagógica, de deconstruir y superar algunas imágenes hegemónicas tal como la de “una revolución de políticos de saco y galera en el Cabildo de BsAs” y la de la “negra mazamorrera y los pobres mirando de afuera lo que pasa”. Esas imágenes, dijo Castaldo, deben ser superadas con el rescate y el repaso del mapa de las Provincias Unidas del Sur y de toda Nuestra América, donde se reafirme que fueron todos los pueblos y culturas indo-afro-americanos los que dieron su vida en las luchas por la independencia americana.


Castaldo reafirmó aquí, “la diferencia entre la matriz federal artiguista multi e intercultural revolucionaria -que tenemos que releer mirando al futuro- y la matriz feudo-federal unitaria -alberdina, urquicista, y definitivamente mitrista- de los pactos conservadores de 1853 y de 1861”, como así también dar una vuelta de tuerca en serio en la crítica a la visión centralista de las cosas. Aquí, expresó que, “hay que abandonar el `mitrismo heideggeriano' en los debates sobre el 'ser nacional' y la identidad nacional, y abrirse a la pluralidad, en serio”. Y concluyó, en esta parte que, “tal vez, los mejores momentos de la Argentina se dieron cuando no era la Argentina”, y que “alguna vez, Bs As y la Argentina deben abrirse pluralmente a sus pueblos y culturas, y a todos los pueblos y culturas de Sudamérica”. Y volvió a subrayar, que “BsAs y la Argentina deben volver a ser política y culturalmente sudamericanas, si queremos un futuro mejor”, despertando -con esta afirmación- el aplauso del público y los militantes presentes, que habían colmado la Plaza de los Dos Congresos.


El dirigente de AGMER dejó la propuesta, a todos los presentes, de que el 19 de Junio, sea el Día de la Bandera Federal Sudamericana, no sólo en Entre Ríos, si no en todo el territorio argentino y más allá también, en las provincias unidas, en los pueblos unidos del sur. Pidió a los presentes que el 19 de Junio le tracen una diagonal roja a sus banderas, y que “esa banda roja simboliza no sólo la sangre derramada por las clases populares y las culturas indo-afro-americanas en la lucha por el federalismo libertario independentista, si no también la sangre de todos los que han luchado por la justicia en nuestra tierra, como Maxi y Darío, como Teresa Rodríguez y Carlos Fuentealba, entre tantos otros”.


En segundo lugar, el militante gremial entrerriano, abordó un análisis de las luchas continentales contemporáneas, y planteó, en este sentido, la necesidad de repensar -en medio de la crisis y el ajuste capitalista- la relación entre lo regional y continental de las luchas con el internacionalismo anticapitalista, en medio de el renacimiento de las huelgas generales en Europa, incluso en España, donde la burocracia sindical, ante la presión de las bases, debe hablar del paro general.


Castaldo destacó aquí la imagen del Che Guevara como una primera síntesis de la relación dialéctica y libertaria de las luchas continentales y globales, y planteó la necesidad de seguir pensando las mejores formas de articulación autónoma de lo social y lo político en un sentido verdaderamente contrahegemónico y transformador. Y reafirmó aquí, “la necesidad de un diálogo teórico y político y un encuentro concreto de las distintas corrientes de pensamiento y de lucha, dialécticas, libertarias, originarias, ecologistas, federalistas, de ocupados, desocupados, y de todos los movimientos sociales y culturas de Argentina y de Nuestra América”.


En este momento del debate, el Sec.Gral de AGMER María Grande, remarcó el ejemplo de la iniciativa popular del pueblo de Islandia -y el posterior triunfo de la resistencia popular en un referéndum- contra la deuda externa en marzo, y se preguntó como las organizaciones sociales argentinas no pudieron lograr lo mismo contra los denominados “Fondos del Bicentenario”. Dejó la inquietud, para pensar entre todos, “si podemos darnos un plazo breve para avanzar y concretar una iniciativa política autónoma común de una consulta popular contra los fondos del bicentenario y fondos de desendeudamiento oficiales”.


Planteó aquí también, “la necesidad de superar las trampas ideológicas del oficialismo K y de Clarín que son dos caras de lo mismo cuando salen a decir que `Grecia es la Argentina del 2001', y decir pública y fuertemente que, tanto Grecia como la Argentina son dos caras del ajuste capitalista, y mal que les pese a seis, siete u ocho giles y charlatanes progresistas, es una vergüenza la desigualdad social actual, la precariedad y la pobreza, y es una vergüenza que se destine dos pesos por gurí para los comedores escolares entrerrianos”. Esta afirmación también fue acompañada por un fuerte aplauso de los presentes.


Para finalizar, Castaldo planteó como propuesta a todos, “el estimulante ejercicio de lectura y pensamiento que es releer, por un lado el proyecto federal artiguista revolucionario expresado en las Instrucciones del XIII y el Reglamento de Tierras de 1815, y por el otro, un documento extraordinario y potente como 'El Federalismo' de Mijail Bakunin, redactado en 1868”.


Propuso además, “trabajar mucho en el despliegue de las potencialidades de una noción originaria como la de Buen Vivir, que se va abriendo camino en los debates y las luchas”. La idea de “Buen Vivir”, dijo el Sec.Gral de AGMER María Grande, puede ser un punto de encuentro extraordinario de las luchas originarias, de las luchas ecologistas, como así también de las luchas anticapitalistas de trabajadores ocupados y desocupados”.


Finalizó su intervención, insistiendo en la necesidad de concretar iniciativas políticas contrahegemónicas, “para que la esperanza de los gurises, de los niños y del pueblo no sólo sea un gol de Messi en el mundial de fútbol”.



MAXI Y DARÍO EN LA DIAGONAL ROJA:


Unos momentos antes del panel, Castaldo, obsequió al Frente Popular Darío Santillán -de parte del sindicato docente AGMER- una enorme Bandera Federal que ha acompañado a los docentes entrerrianos en sus luchas. Los militantes del Frente la recibieron con enorme alegría, la movilizaron por todo el Acampe y la llevaron incluso hasta el Congreso de la Nación, que estaba a pocos metros de dónde se realizaba la actividad.

Los militantes del Frente Pop. D. Santillán
con la Bandera Federal obsequiada por AGMER


PROYECTANDO EL FUTURO:


Distintos militantes y organizaciones políticas y sociales de Argentina y de Sudamérica se acercaron, al finalizar el panel, a dialogar con el Sec.Gral de AGMER María Grande, para articular contactos y pensar y proyectar otros encuentros militantes, en Entre Ríos y en otros puntos de la Argentina.


La Bandera Multicultural originaria del Acampe,
frente al Congreso argentino

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